El mundo de las consolas ya no es tan rentable como lo fue durante los años noventa, al menos para la compañía Nintendo, que ha anunciado un recorte en la previsión de ventas de su Wii U, reduciendo sus expectativas de ventas anuales hasta el mes de abril desde los nueve millones hasta aproximadamente dos millones ochocientos mil.
Este anuncio vaticina una caída de ingresos de la compañía que producirá pérdidas, y ya son tres los años que sufre esta situación.
Todo apunta a que los jugadores clásicos se están pasando a los juegos para teléfono móvil. Hasta que estos dispositivos comenzaron a despegar era Nintendo la reina de los videojuegos.
Por el contrario otros sistemas de juegos, como Playstation y Xbox, con una legión de seguidores más fieles y comprometidos, no han sufrido apenas esta tendencia, y desde el pasado otoño hasta ahora ya han superado los cuatro millones de unidades vendidas.
Los japoneses se muestran reticentes a dejar que sus populares personajes tengan presencia en smartphones, lo que se apunta como una pérdida potencial de aproximadamente mil millones de usuarios.
Por otro lado, los juegos para las diferentes consolas se han reducido en todas ellas salvo en los de Wii, que tienen unas previsiones de más de medio millón de videojuegos de aumento.
Mientras que los beneficios previstos para el ejercicio se calculaban en cien mil millones de yenes, ahora dicen que tendrán unas pérdidas de treinta y cinco mil millones. ¿Acabará Nintendo como una de sus más duras rivales, Sega, y se convertirá en un desarrollador de sistemas y juegos para terceros?
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